domingo, 3 de agosto de 2008

Realidad coahuilense


¡Ya basta!
Monclova no puede ser rehén de nadie.

Los tiempos de que todo se arreglaba a base de golpes, balazos y demás ha pasado a la historia, ahora es tiempo de construir, de vivir en armonía, y sobre todo coadyuvar a hacer de esta región y la entidad un sitio digno para que vivan nuestras familias y nosotros mismos.
Monclova no merece lo que ahora vivimos; lo que ahora pasamos es parte de una etapa que pensábamos que jamás volvería, sabemos que se juega con ello muchos intereses, intereses quizá en mucho de los casos mezquinos, pero estos definitivamente no se deben de anteponer al bienestar de todo un pueblo.
Vemos en este momento una voluntad férrea de quien nos gobierna en el Estado por resolver los rezagos históricos que socialmente vivimos, una iniciativa privada que se ha puesto las pilas para contribuir con este reto, y un sector obrero que desea el bienestar en su mayoría, pero vemos también un pequeño grupo que desea que esta región siga sumida en el caos, lo cual no debemos permitirlo.
VIA 57, este periódico que ahora nace, tiene como objetivo contribuir en este reto que todos nos hemos echado a cuestas, y por ello pedimos como toda la sociedad que reflexionemos que hagamos de esta región y de Coahuila algo grande, que seamos ejemplo de propios y extraños, y sobre todo ejemplo para nuestras futuras generaciones: nuestros hijos.
Es necesario decir ¡YA BASTA!, a aquellos que aún no asimilan que los tiempos que nos ha tocado vivir son otros, que es urgente que nos unamos como uno solo para salir adelante, y más en estos momentos en que la situación económica y futuro es incierto, por los vaivenes de la economía mundial.
Sabedores que el poder enferma, es por ello que aquellos que por algún azar de la vida les ha tocado ser guías y representantes de una organización, deben de entender que esto que ahora han obtenido es quizá pasajero y que deben de emplear ese maravilloso tiempo en ser participes de la mejoría de su región, estado y país.
Es necesario que quienes están a la cabeza de la clase trabajadora dejen a un lado sus pretensiones individualistas y utilicen razonamientos serios, apegados a la realidad que vivimos y por ende la sociedad espera planteamientos que resuelvan la problemática, que sirvan para la unidad y no planteamientos que dividan y alienten la violencia.
Si hoy quien dirige los destinos del Estado está inmerso en lo suyo tratando de que nuestra entidad continúe con su desarrollo, los demás sectores. obreros, empresarios y sociedad en general es hora de que hagamos la aportación que nos corresponde en este esfuerzo.

(Editorial del Periódico Vía 57, número cero, 310708)


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